-No creo que tenga ninguna importancia. Es cosa de trámite, sólo eso. En realidad nosotros no tenemos ninguna potestad para tomar decisiones. Le daremos de todos modos el visto bueno, luego si no pasa la concesión o le falta algún requerimiento ya no es cosa nuestra. Es un mero trámite, ya le digo.....
- ¿No acabas de recibir la llamada del Director deXXXXparaYYYY? He tenido cierto mosqueo...No creo que tú...
_ ¿Yo? ¿Qué?
_ Nada. Que espero que no metas la pata. Quiero decir que espero que no te moleste el que se haya hecho de manera poco regular. Mira, lo cierto es que no es nada importante; Pero basta que haya la mínima denuncia o protesta por parte de alguno, para que luego nos amarguen la vida,,,,a todos.
_ Ah. Ya...Bueno, por mi parte no te preocupes. Soy novata. quiero decir que todavía no me entero mucho de cómo funcionáis aquí y esas cosas.
_ Es que una cosa es la teoría y otra la práctica. Y la gente se puede poner a veces muy pesadita. El trabajar de cara al público es lo que tiene. Y todavía peor cuando se trata de lidiar con los padres.
_ Además...¿tú te has dado cuenta de que últimamente vienen peor vestidos? Si da hasta pena.
_ Ya. Parece que la cosa no está muy bien.
_ Yo todavía sigo siendo muy celoso respecto a lo que queda escrito.
_ ¿Pero tú de verdad crees que la gente se guarda todos lo papeles? Y ¿Que los lee?
_ Guardarlos, seguro que los guardan. Leerlos, me gustaría ver quién es el valiente.
_ Alguno que ha acabado loco, y en el manicomio, igual.
_ ¿Pues cómo te crees que estamos los que aquí trabajamos? Yo todavía no sé ni cómo aprobé la oposición.
_ Ese método clásico de opositar para quedar por lo menos en una bolsa de trabajo debería pasar a la historia. A mí mis hijos me han dicho que de eso nada. Y que ellos ya no tienen los padrinos que yo tuve. Así mismo les he tenido que oír, y me han sacado los colores.
_ Mira, uno tiene que estar marchando para saber cómo va la rueda. Lo que pasa que los hijos tuyos son unos vagos, como los míos.
_ Pero si tienen dos carreras cada uno, y tres o cuatro masters entre los dos, y todo pagando. Que los míos no han disfrutado de becas como otros.
_ A ver, es que, entre lo que tú ganas y lo que gana tu marido de secretario del ayuntamiento no te quejarás.
_ Si yo me hubiera separado como se han separado otras...
_ A tomás no le digas nada.
_ ¿Tomás?
_ Sí mujer, el Tutor. Tiempo sí que había. Pero el caso es que el debía de haber avisado al resto de la junta, como era su obligación. y ahora todo está resultando un poco, demasiado irregular.
_ Es que es así-chilló nerviosa- una cosa es lo que dice el espíritu de la ley y otra muy distinta llevarla a la práctica.
_ Lo has dicho antes.
_ Ya, ya sé que lo he dicho antes. Pero una cosa es decir ¨se debe hacer esto, y estos son los pasos¨Y otra, hacer lo que uno puede.
_ Y otra hacer las cosas como tienen que ser, que para eso hay unos puntos en el procedimiento. No hay más que seguirlos.
_ Pero tú te crees que a mí me gusta el tenerle que decir a la gente: ´Mira, vuelve mañana porque te falta este papel y este otro."
_ Pues a nadie le gusta. Pero si no se lo dices, luego es peor. Tú no le llames la atención a Tomás. Lo hecho hecho está y esto, ya no tiene remedio.
El color de su voz era agradable y suave, un poco chillona cuando estaba nervioso. Y a partir de ahí, tan tenso se ponía cada vez que oía su nombre, que un ardor le subía por todo el cuerpo. Entonces, el deseo de domar a quien consideraba salvaje, incorruptible e independiente, dominaba y prevalecía en cada uno de sus actos, por lo general tediosos y mecánicos.
Ni siquiera era maestro, había hecho algún curso puente, y habían equiparado su profesionalidad a la formación de maestro. Pero sintiéndose un inútil a la hora de comunicar sus conocimientos a los chavales, al final había hecho todo lo posible por promocionarse con vistas a pasar cuanto menos tiempo en las aulas. Y así de quinquenio en quinquenio, dando grandes zancadas, con sus cuarenta y cinco a cuestas, sin vocación ninguna, sin hobbies conocidos (a parte del de hacerse pajas mentales un día sí y otro no) había conseguido colarse por fin en la junta directiva. Y sentado en aquel puesto se `preguntaba qué clase de poder concitaba aquella junta directiva escolar, donde no había diálogo ninguno, donde el director del centro hacía y deshacía a su antojo con los votos de todos los inútiles que como él le rodeaban. A él nadie le preguntaba si era bueno esto o lo otro...Simplemente le pasaban las actas para que las firmara como uno más.
Su vida estaba vacía. Y se sentía tan, tan imbécil.
- ¿No acabas de recibir la llamada del Director deXXXXparaYYYY? He tenido cierto mosqueo...No creo que tú...
_ ¿Yo? ¿Qué?
_ Nada. Que espero que no metas la pata. Quiero decir que espero que no te moleste el que se haya hecho de manera poco regular. Mira, lo cierto es que no es nada importante; Pero basta que haya la mínima denuncia o protesta por parte de alguno, para que luego nos amarguen la vida,,,,a todos.
_ Ah. Ya...Bueno, por mi parte no te preocupes. Soy novata. quiero decir que todavía no me entero mucho de cómo funcionáis aquí y esas cosas.
_ Es que una cosa es la teoría y otra la práctica. Y la gente se puede poner a veces muy pesadita. El trabajar de cara al público es lo que tiene. Y todavía peor cuando se trata de lidiar con los padres.
_ Además...¿tú te has dado cuenta de que últimamente vienen peor vestidos? Si da hasta pena.
_ Ya. Parece que la cosa no está muy bien.
_ Yo todavía sigo siendo muy celoso respecto a lo que queda escrito.
_ ¿Pero tú de verdad crees que la gente se guarda todos lo papeles? Y ¿Que los lee?
_ Guardarlos, seguro que los guardan. Leerlos, me gustaría ver quién es el valiente.
_ Alguno que ha acabado loco, y en el manicomio, igual.
_ ¿Pues cómo te crees que estamos los que aquí trabajamos? Yo todavía no sé ni cómo aprobé la oposición.
_ Ese método clásico de opositar para quedar por lo menos en una bolsa de trabajo debería pasar a la historia. A mí mis hijos me han dicho que de eso nada. Y que ellos ya no tienen los padrinos que yo tuve. Así mismo les he tenido que oír, y me han sacado los colores.
_ Mira, uno tiene que estar marchando para saber cómo va la rueda. Lo que pasa que los hijos tuyos son unos vagos, como los míos.
_ Pero si tienen dos carreras cada uno, y tres o cuatro masters entre los dos, y todo pagando. Que los míos no han disfrutado de becas como otros.
_ A ver, es que, entre lo que tú ganas y lo que gana tu marido de secretario del ayuntamiento no te quejarás.
_ Si yo me hubiera separado como se han separado otras...
_ A tomás no le digas nada.
_ ¿Tomás?
_ Sí mujer, el Tutor. Tiempo sí que había. Pero el caso es que el debía de haber avisado al resto de la junta, como era su obligación. y ahora todo está resultando un poco, demasiado irregular.
_ Es que es así-chilló nerviosa- una cosa es lo que dice el espíritu de la ley y otra muy distinta llevarla a la práctica.
_ Lo has dicho antes.
_ Ya, ya sé que lo he dicho antes. Pero una cosa es decir ¨se debe hacer esto, y estos son los pasos¨Y otra, hacer lo que uno puede.
_ Y otra hacer las cosas como tienen que ser, que para eso hay unos puntos en el procedimiento. No hay más que seguirlos.
_ Pero tú te crees que a mí me gusta el tenerle que decir a la gente: ´Mira, vuelve mañana porque te falta este papel y este otro."
_ Pues a nadie le gusta. Pero si no se lo dices, luego es peor. Tú no le llames la atención a Tomás. Lo hecho hecho está y esto, ya no tiene remedio.
El color de su voz era agradable y suave, un poco chillona cuando estaba nervioso. Y a partir de ahí, tan tenso se ponía cada vez que oía su nombre, que un ardor le subía por todo el cuerpo. Entonces, el deseo de domar a quien consideraba salvaje, incorruptible e independiente, dominaba y prevalecía en cada uno de sus actos, por lo general tediosos y mecánicos.
Ni siquiera era maestro, había hecho algún curso puente, y habían equiparado su profesionalidad a la formación de maestro. Pero sintiéndose un inútil a la hora de comunicar sus conocimientos a los chavales, al final había hecho todo lo posible por promocionarse con vistas a pasar cuanto menos tiempo en las aulas. Y así de quinquenio en quinquenio, dando grandes zancadas, con sus cuarenta y cinco a cuestas, sin vocación ninguna, sin hobbies conocidos (a parte del de hacerse pajas mentales un día sí y otro no) había conseguido colarse por fin en la junta directiva. Y sentado en aquel puesto se `preguntaba qué clase de poder concitaba aquella junta directiva escolar, donde no había diálogo ninguno, donde el director del centro hacía y deshacía a su antojo con los votos de todos los inútiles que como él le rodeaban. A él nadie le preguntaba si era bueno esto o lo otro...Simplemente le pasaban las actas para que las firmara como uno más.
Su vida estaba vacía. Y se sentía tan, tan imbécil.
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