Hay regalos, a veces, que avasallan por su esplendor. Entonces se oye un cuchicheo de viejas, viejas amargadas, orgullosas de algo tan triste como de su propia miseria y falta de todo atractivo, que parece como si les estorbaran los hombres, y han acabado convirtiéndose en máquinas de trabajo. Ella, a veces tenía miedo de que su madre se convirtiera en una vieja de esas, una vieja penosa.
A Allí le gustaba estar guapa, y no soportaba el tener que ir por la vida sospechando de todo el mundo. Cuando se cuchicheaba de choza en choza sobre lo sanguinarios que han podido ser los hombres que vuelven de repente tan ricos, ella prefería no tener que oír detalles sobre orejas cortadas, y brazos sin cuerpo desperdigados por el camino, de mujeres en cinta que fueron asesinadas o de niños aún tan inocentes a los que se les segaba la vida en el calor del pecho materno. "Quizá esa sea una buena forma de morir". Pensaba entonces; Pero sabía que esa noche, y la otra, y la siguiente ya no iba a poder conciliar el sueño. Entonces, si la noche no estaba fría se salía a la puerta de la choza, y se sentaba allí, en la entrada como un guardia,para contemplar las estrellas.
Contemplar las estrellas era lo único que la calmaba. Le hacían imaginarse otros mundos . Y sabía que había muchos países en La Tierra donde no había guerras, y la gente vivía muy bien. Y quizá en aquel mismo momento,desde cualquier país de aquellos, alguien más, como ella, contemplaba la misma estrella.
_ Estrella llévame_ se decía, y repetía hasta quedarse dormida_ Estrella llévame.
Cuando se despertó a las tres o cuatro horas, estaba en su catre. Se despertó con una pesadilla: Un hombre muy guapo le ponía un precioso collar de estrellas de colores, de brillantes, al cuello. Convirtiéndose al momento en sangre que resbalaba por todo su cuerpo. Se despertó sudada entera._ ¡Mamá!_ Gritó.
_ ¿Qué te pasa niña?
_ ¿Quién me ha metido en la cama?
_ ¡ Y me pregunto yo ¿¡Qué hacías dormida fuera!?
_ No habrá sido ese...
_ ¿Quién si no yo, niña estúpida? Que acabo de levantarme para ir al mercado y ¡Te encuentro arrebujada en una colcha tirada a la puerta de casa! ¡El susto que me has dado de muerte!
_ No podía dormirme.
_ Pues duérmete ahora. Arrastras, tirando de la manta te he tenido que traer hasta tu jergón. Así que ahora que puedes, duérmete.
Duérmete._ Dijo su madre dulcemente._ Y Allí todavía escuchó como su madre añadía_ Ya casi está clareando. Cuando te levantes, la abuela ya se habrá ido al campo, así que no te olvides de darle el desayuno a tus hermanos. Menos mal que hoy no hay escuela. ¿Me escuchas Allí?_ Preguntó la madre; Pero Allí ya estaba dormida.
A Allí le gustaba estar guapa, y no soportaba el tener que ir por la vida sospechando de todo el mundo. Cuando se cuchicheaba de choza en choza sobre lo sanguinarios que han podido ser los hombres que vuelven de repente tan ricos, ella prefería no tener que oír detalles sobre orejas cortadas, y brazos sin cuerpo desperdigados por el camino, de mujeres en cinta que fueron asesinadas o de niños aún tan inocentes a los que se les segaba la vida en el calor del pecho materno. "Quizá esa sea una buena forma de morir". Pensaba entonces; Pero sabía que esa noche, y la otra, y la siguiente ya no iba a poder conciliar el sueño. Entonces, si la noche no estaba fría se salía a la puerta de la choza, y se sentaba allí, en la entrada como un guardia,para contemplar las estrellas.
Contemplar las estrellas era lo único que la calmaba. Le hacían imaginarse otros mundos . Y sabía que había muchos países en La Tierra donde no había guerras, y la gente vivía muy bien. Y quizá en aquel mismo momento,desde cualquier país de aquellos, alguien más, como ella, contemplaba la misma estrella.
_ Estrella llévame_ se decía, y repetía hasta quedarse dormida_ Estrella llévame.
Cuando se despertó a las tres o cuatro horas, estaba en su catre. Se despertó con una pesadilla: Un hombre muy guapo le ponía un precioso collar de estrellas de colores, de brillantes, al cuello. Convirtiéndose al momento en sangre que resbalaba por todo su cuerpo. Se despertó sudada entera._ ¡Mamá!_ Gritó.
_ ¿Qué te pasa niña?
_ ¿Quién me ha metido en la cama?
_ ¡ Y me pregunto yo ¿¡Qué hacías dormida fuera!?
_ No habrá sido ese...
_ ¿Quién si no yo, niña estúpida? Que acabo de levantarme para ir al mercado y ¡Te encuentro arrebujada en una colcha tirada a la puerta de casa! ¡El susto que me has dado de muerte!
_ No podía dormirme.
_ Pues duérmete ahora. Arrastras, tirando de la manta te he tenido que traer hasta tu jergón. Así que ahora que puedes, duérmete.
Duérmete._ Dijo su madre dulcemente._ Y Allí todavía escuchó como su madre añadía_ Ya casi está clareando. Cuando te levantes, la abuela ya se habrá ido al campo, así que no te olvides de darle el desayuno a tus hermanos. Menos mal que hoy no hay escuela. ¿Me escuchas Allí?_ Preguntó la madre; Pero Allí ya estaba dormida.
Comentarios
Publicar un comentario