Se me olvidó de pronto
que ya estamos en primavera

Ayer sin embargo,
vi tantos brotes,
y anoche
en la calle cogiendo
resoles hasta las tantas
incluso niños,
noctámbulos precoces y felices
que con la venida del buen tiempo
le han dado carpetazo a la tablet
y al libro.
¡Y a mí nada más despertar
se me olvidó sin embargo
esta gloria de témpora
y sentí todo el peso del invierno
encima mío,
yo, que cojo la tablet
y abro el libro!

que florecía el almendro
ni siquiera había percibido
en el jardín de enfrente
el ciruelo en flor.
He corrido la mesa del desayuno
hasta la ventana.
Y mientras saboreaba
el café con mis tostadas
mis ojos se solazaban
en una nube
de blancas florecillas que abarrotan
las viejas ramas del ciruelo.
Y así se me ha pasado
esta pena insulsa
y he superado el duelo
el duelo que la desmemoria
causa y vencido el dolor
penetrante de los años.
Porque algo tiene la flor
que la tristeza amortigua,
y algo la primavera
que a punto tiene la mata
con que mata,
y hasta un madero sin flores
nos da vida.
Comentarios
Publicar un comentario