Es natural que nadie quiera sentirse menos que nadie. Pero quizá en la sociedad de la abundancia habría que replantearse este sentimiento. Hay quien da mucho sólo porque sabe recibir. Pensemos en un bebé, y en la felicidad que nos trasmite siendo como es completamente dependiente. ¿Acaso un bebé despreciaría un regalo? ¿Acaso no se muestra insuperablemente contento por cada muestra de atención hacia él? ¿E incluso no nos pide cada vez más? Yo me siento así. Me siento como la niña de todas las maravillosas amigas que la vida me ha puesto en el camino, como la niña que intenta sacar el mejor provecho y hacer de esa ayuda o regalo recibido, previamente dado con toda muestra de cariño y respeto, una verdadera ayuda, lo que me ayuda a superar todo obstáculo y a aprender más cada día. Muchas veces cuando despreciamos un regalo despreciamos a aquel que nos lo da, y no nos damos cuenta. Saber recibir es importante. Ya dijo Cristo que hab...
Opinión mucha. Literatura poca. Opinar es a veces poner mal rollo. Con la literatura intento resarcirme de la lucha que supone cada día el uso de la palabra en este país. Perdonadme mis comentarios si son hirientes. Los cuentos, las novelas incompletas, las poesías. salen de un banco, de un arcón lleno, de muchos años, y de mi ilusión por emocionar y emocionarme, cualidad que intento cuidar cada día